En un mundo cada vez más consciente de los problemas ambientales, la sostenibilidad empresarial se ha convertido en una prioridad tanto para las compañías como para los consumidores. Sin embargo, ¿existe una desconexión entre lo que las empresas consideran prácticas sostenibles y lo que realmente valoran los consumidores? Un reciente análisis visual nos proporciona una perspectiva clara y reveladora
El término «eco-friendly» o amigable con el medio ambiente también tiene una fuerte resonancia. El empaque sostenible ha surgido como el aspecto más importante y reconocido por los consumidores. Cerca del 50% de los encuestados lo consideran crucial, y aproximadamente el 45% están al tanto de su relevancia. La creciente preocupación por el exceso de plástico y materiales no reciclables ha impulsado a los consumidores a preferir productos con empaques amigables con el medio ambiente, convirtiéndolo en el reclamo más destacado en términos de sostenibilidad.
Los consumidores buscan productos y marcas que minimicen su impacto ambiental a través de prácticas sostenibles y ecológicas, mostrando un claro interés en la reducción del daño ambiental. La minimización de residuos es otro factor crucial en la mente de los consumidores. La reducción o eliminación de desperdicios es valorada por el 45% de los encuestados y reconocida por el 40%. Las empresas que implementan políticas de cero desperdicio y reducción de desechos ganan la aprobación de consumidores conscientes que buscan minimizar su huella ecológica.
El uso de energía renovable en los procesos de producción también ocupa un lugar destacado en la lista de prioridades de los consumidores. Con una importancia del 40% y un reconocimiento del 35%, el uso de energía renovable no solo reduce la huella de carbono de una empresa, sino que también es altamente valorado por los consumidores. Esto refleja un claro deseo de apoyar empresas que adoptan fuentes de energía más limpias y sostenibles.
La obtención responsable de materiales y recursos naturales asegura que las prácticas de una empresa no contribuyan a la explotación o degradación ambiental. Este aspecto es valorado por el 40% de los consumidores y reconocido por el 35%, subrayando la importancia de prácticas de sourcing éticas y sostenibles.
¿Qué hace a una marca sustentable?
Aunque menos reconocidos, factores como la biodegradabilidad y la protección de recursos naturales también son cruciales. La biodegradabilidad implica el uso de materiales que pueden descomponerse naturalmente, reduciendo el impacto ambiental a largo plazo. La protección de recursos naturales se refiere a prácticas que aseguran la preservación y no agotamiento de recursos vitales.
Para cerrar la brecha entre las percepciones empresariales y las expectativas del consumidor, es crucial que las empresas no solo implementen estas prácticas, sino que también comuniquen de manera efectiva sus esfuerzos y logros en sostenibilidad. La transparencia y la educación son claves para alinear las expectativas y construir una relación de confianza con los consumidores.
En un mercado cada vez más consciente del impacto ambiental, las empresas que prioricen y demuestren su compromiso con la sostenibilidad no solo contribuirán a un planeta más sano, sino que también ganarán la lealtad y el respeto de sus clientes. Este compromiso no solo es bueno para el medio ambiente, sino también para los negocios, creando un ciclo virtuoso de sostenibilidad y éxito empresarial.
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