Cada año el mundo celebra dos iniciativas globales dedicadas al reciclaje, cada una con su propio origen y alcance. El Día Internacional del Reciclaje fue proclamado por la UNESCO en 2005 y fijado el 17 de mayo para impulsar las “3R” —reducir, reutilizar y reciclar— como ejes de la gestión sostenible de residuos. Por su parte, el Global Recycling Day surgió en 2018 a iniciativa de la Global Recycling Foundation, con el respaldo del Bureau of International Recycling (BIR), para visibilizar el reciclaje como la “séptima materia prima” y promover una economía verdaderamente circular cada 18 de marzo.
La legitimidad oficial conferida al 17 de mayo por la UNESCO otorga a esta fecha un carácter vinculante para los Estados miembros de la ONU y sirve de base para políticas públicas de diseño ecoeficiente y fomento de la circularidad en productos y materiales. En cambio, el 18 de marzo se apoya en el dinamismo del sector privado y en la industria del reciclaje; el BIR agrupa a más de 800 organizaciones de 70 países y aúna esfuerzos para premiar anualmente a los “Héroes del Reciclaje” y lanzar campañas de gran repercusión mediática.
Nosotros celebramos oficialmente el Día Internacional del Reciclaje cada 17 de mayo, organizando charlas, talleres y campañas educativas centradas en la adopción de las “3R” y en la corresponsabilidad de consumidores, empresas y administraciones. Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, reciclar diez botellas de plástico ahorra la energía necesaria para mantener un ordenador portátil en funcionamiento durante más de 25 horas; fabricar aluminio a partir de material reciclado consume un 95 % menos de energía que producirlo desde materias primas vírgenes.
A pesar de estos beneficios, los desafíos persisten. Solo el 13,6 % de los envases y embalajes de plástico en Estados Unidos fueron reciclados en 2018, mientras que el resto terminó en vertederos, incineración o dispersión ambiental. Asimismo, menos del 9 % del plástico global se recicla con éxito, lo que muestra la necesidad de mejorar infraestructuras, procesos y conciencia ciudadana.
Para reforzar este compromiso, la Agenda 2030 establece en su Objetivo 12.5 la meta de “reducir sustancialmente la generación de desechos mediante prevención, reducción, reciclado y reutilización”. Celebrar el 17 de mayo no es solo un acto simbólico, sino una oportunidad para articular políticas públicas robustas, incentivar la innovación en diseño y reciclar correctamente todo tipo de materiales.

Cada envase separado, cada objeto reparado o transformado y cada iniciativa de upcycling aporta un grano de arena en la construcción de sistemas de gestión más eficientes. Al alinear nuestras acciones con el Día Internacional del Reciclaje proclamado por la UNESCO, reafirmamos que la segunda oportunidad de los recursos corre por cuenta de nuestra voluntad y de la corresponsabilidad global.